viernes, 2 de agosto de 2013

Manada

Sabía que en mi alma, que es tan animal, existían ciervos, aves, insectos, lagartos, tortugas, osos, serpientes, leopardos, medusas, tiburones... era la más diversa manada que se desbocaba cuesta abajo de mi alma, que estallaba en muchos rayos de luz sobre el mundo dándole forma a las nubes, y, así, mi alma era la fauna del cielo. Comprendí que lo que más temía era lo que más quería hacer: zambullirme en aquel lago espejo del cielo azul.



Neuquén, Argentina

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