viernes, 27 de diciembre de 2013

"... abrir puertas que el interesado quiere..."

"... abrir puertas que el interesado quiere..." 
Me viene la imagen de una torre llena de puertas que vendría a ser la vida. Qué cosa incesante, difícil y desconocida que es esa vaina. Vendría a ser un ejemplo palpable que a veces ni yo me las creo; vaya uno a saber si es suerte o destino, quién sabe. No entiendo pero lo agradezco. 


Y hablando de familia (cosa complicada estando acá y además de otros detalles) quería compartirte mi perspectiva (resumida) de jovensito: dije lo de unión porque siempre me parecieron ustedes tan lejanos a la rama -por así decirlo- de nuestra familia. Solo tengo un bello recuerdo de unión en aquél cumpleaños mío celebrado simultáneamente con el de mi abuelita, que comimos paella y los vegetarianos comieron pasta... No te imaginas cómo yo los idealicé. Ustedes tan intelectuales, con pasatiempos hermosamente lentos, con palabras pausadas, con autos viejos y anécdotas de ese armario viejo... Aunque aprendí a valorizar esa hermosa infancia que tuve entre el silencio del aromático e inmaculado cafetal situado entre alados platanales (esto solo por alardear de mi infancia que fue tristemente solitaria; cosa que me dio la herramienta para poder soportar y aprovechar esta condición) siempre quise conocer ese mundo suyo, o que yo creía suyo, y dejar de usar las alpargatas y ponerme esos zapatos tan bien embetunados. E intenté seguir su camino, eso sí, medio choneto en comparación. Pero me estrellé contra algo que ya sabía pero que no quería ver. Y te lo comuniqué a ti, que eres alguien que escucha, pero esa vez no respondiste (y tampoco era tu obligación ni mucho menos, y tal vez así debía ser). Trataba sobre todo este asunto, que tantas dudas y horas de angustia me han dado, sobre el futuro, sobre el estudiar en una institución, ya sea universidad o lo que sea que, mejor así, empecé a no promulgar porque era eso, solo eso... un camino más. Y como sabía que tú eras profesor quise escucharte; pero comprendí que no hay nada mejor, que no hay mejor invento y que las mejores soluciones son drásticas y un tanto fantasiosas. Que adoro la educación, aprender y expandir límites, y que no hay un solo camino para ello. Es muy triste esta época por eso (de pronto solo para los que en un origen tenemos carácter débil y en donde la piedra es dura de modelar), que nos hacen creer que solo existe el camino de la academia, que no podemos ser alguien si no estudiamos ¿no te parece cruel? Sé que es una herramienta, pero unos la usan como arma ¿qué más le vamos a pedir a un mundo donde todo se maneja con ofensiva puntería?  

Yo aprendo de esto. Yo aprendo de estas conversaciones. Puede que sea un poco tonto, vanidoso o distraído, que crea que solo aprendo cuando me hablan directamente a mí ( y no uno contra todos como en un salón, que es el camino práctico); pero es que considero que hablar "cara a cara" es lo adecuado, lo humano; como el abuelo a su nieto. Y uno de los problemas es que somos muchos y por eso la solución, como dije antes, es fantasiosa, ya entenderás porqué...

No sé qué es lo que tengo en las manos y por lo que lucho, al menos no claramente. No como ese "proyecto de vida" que te ponían a hacer en el colegio; asunto que me parece atroz, que conduce rápidamente a la decepción. Qué lindo sería aprender, más bien, de la mano con surcos de tierra que delata el trabajo que requiere labrar la vida, que a pesar de la plaga abisal, también, en breves instantes, pero con gran altura, descubrimos la fuerza que tiene la vida. Este viaje (que no sé cuándo termine; eso se lo dejo al nombre que le puse a dios: Incierto) me llevó a ese borde del abismo en el que no hay proyectos ni metas; eso sí, siendo aprendiz aún, espontáneamente e intuitivamente, busco dejar lista la tierra para sembrar las semillas.

Perdón por desbocarme un poco en toda esa barrabasada de cosas que dije, parezco el borracho de la tienda de doña Ortencia. Si llegas hasta acá, gracias por aguantar la cantaleta, que es, como dijo un amigo, la máxima expresión del alma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario