El monstruo de los
reflejos siempre está listo para asustar a aquellos que en las noches buscan algo
de comer en la cocina, los que están en su cama y necesitan ir al baño, o los que llegan tarde a la casa.
Es astuto, hábil y
sigiloso. Espanta cuando se está solo y siempre que se gira a ver en dónde se
produjo el movimiento, desaparece o se teletransporta instantáneamente a otro
sitio donde reflejarse.
La forma de evadirlo
es sencilla:
Primero, ¡Corre, corre, corre desesperadamente hasta tu cama! Si puedes gritar, mucho mejor.
Segundo, es importante
que cuando salgas a correr botes todo lo que tengas en las manos, como: llaves,
maletín, superhéroes, muñecas, papeles, lonchera… lo que tengas. En caso de que
no tengas cosas en las manos, un pequeño resbalón o caída puede resultar muy
beneficioso.
Tercero, cuando llegues a la cama escóndete muy bien bajo las cobijas y empieza a temblar durante mínimo cinco minutos; no te puedes saltar esta parte o todo podría terminar terriblemente mal.
Cuarto, levanta un poco las cobijas y observa solamente con un ojo. Así el monstruo que
se mueve en las noches por los reflejos de los vidrios y espejos, pensará que
eres un espantoso gusano cíclope… y desaparecerá despavorido.
Quinto, después de todo esto prende la lámpara o luz de tu cuarto y actúan como si no hubiera pasado absolutamente nada aterrador.
Muchas gracias, muy buenos consejos, siempre me saltaba alguno y paila, ahora no lo haré.
ResponderEliminarMe alegra que te sea beneficioso :)
ResponderEliminarVivimos de y con los miedos infantiles, así está el mundo.
ResponderEliminarAdrián.