jueves, 23 de agosto de 2012

Respiro

Como me he quedado sin palabras para contar intento (mediocremente) hacer algo, intentar así sea una miseria de paso flácido. Esto es lo que veo desde mi cuarto: la belleza de los árboles. Por unos minutos no pienso y caigo de nuevo en mi horizontal, cómodo, inquietante e irresponsable lecho a esperar. Cómo quisiera ser un árbol... danzando en el sitio en el que se está plantado, con las raíces profundas absorbiendo los nutrientes en la compactada oscuridad y salir con gran esplendor, con las palmas al cielo y recibir el sol abrazador. Y poder respirar, respirárte, respirárnos, aunque sea tan efímero, para mi ése instante dura más que un día entero.

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