Como me he quedado sin palabras para contar intento (mediocremente) hacer algo, intentar así sea una miseria de paso flácido. Esto es lo que veo desde mi cuarto: la belleza de los árboles. Por unos minutos no pienso y caigo de nuevo en mi horizontal, cómodo, inquietante e irresponsable lecho a esperar. Cómo quisiera ser un árbol... danzando en el sitio en el que se está plantado, con las raíces profundas absorbiendo los nutrientes en la compactada oscuridad y salir con gran esplendor, con las palmas al cielo y recibir el sol abrazador. Y poder respirar, respirárte, respirárnos, aunque sea tan efímero, para mi ése instante dura más que un día entero.
esta bien, no mas romantiquerías... volvamos a respirar
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