“Al tercer día de
lluvia habían matado tantos cangrejos dentro de la casa, que Pelayo tuvo que
atravesar su patio anegado para tirarlos al mar, pues el niño recién nacido
había pasado la noche con calenturas y se pensaba que era causa de la
pestilencia. El mundo estaba triste desde el martes. El cielo y el mar eran una
misma cosa de ceniza, y las arenas de la playa, que en marzo fulguraban como
polvo de lumbre, se habían convertido en un caldo de lodo y mariscos
podridos.”(García Márquez)
“Al tercer mes de
amarse habían causado tantos estragos dentro de la casa, que mamá tuvo que
desempolvar las maletas arcaicas para echarlos de allí, pues su hijo recién
casado había llevado a Luisa su enamorada y se pensaba que era una de las
prostitutas. Su madre lloraba todos los días.
El amor de él y Luisa era cosa de dementes, y las mañanas en la casa,
que en marzo proveían de mudez y calma, se habían convertido en una bulla de
locos y gemidos grotescos.” (Ale0n)
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