Buscando, paso las hojas como aspas. Aspas que con el tiempo
han ido formando un callo que aísla mi carne del contacto contigo. Por eso no
hablo de ti, si no de mí. Creo la fortaleza con ladrillos invisibles.
Buscando encontré la página en blanco, llena de horizontes: hilos
sin coser palabras que remendaran el drama de mi pecado. Pecado inocente, infantil, al que tomé (y no
quiero más) para no sentirme traicionado.
¡Traición al traidor!
¡Traición al traidor!
En este juego participan todos mis fantasmas, uno tras de otro,
pero nadie delante de mí. Siempre con puñales (apuntando al frente) escondidos
bajo las mangas de pesados trajes oscuros guardados en armarios de casas milenarias. No
asesinaría a nadie, solo…
¿Esperar?
Es enterrar mis pies en tu sexo, mujer, o en tu ano,
corazón, y mostrar la blanca espalda de mis ojos a tu distante orgasmo y latir.
Ahogar mi mirada en lo profundo de mi cabeza y soñar, en un lindo y sublime
jardín perfumado, rosando tus labios de textura de pétalo… y darme cuenta que
lo deseado son labios embadurnados grotescamente con una gruesa capa de labial.
Buscando escribí y no encontré más que una puñalada. Una muerte, nacimiento de la próxima víctima y victimario. Nuevo fantasma, nuevo vivo. Cadena con eslabones de vida y muerte, logros y saboteos que rebotan en otros lucros. Rumiar de manzanas verdes, maduras y podridas.
Buscando escribí y no encontré más que una puñalada. Una muerte, nacimiento de la próxima víctima y victimario. Nuevo fantasma, nuevo vivo. Cadena con eslabones de vida y muerte, logros y saboteos que rebotan en otros lucros. Rumiar de manzanas verdes, maduras y podridas.
Ahí te dejo el plato servido. No te levantes de aquí hasta
no comer, hasta no terminar. Si no comes, más hambre te dará y tus dientes se
afilarán para devorar la apetitosa cena.
que cruel y hermoso.
ResponderEliminar