Este es el canto de la noche sin luna.
Como gato huérfano y perro abandonado, así me siento y me atrevo a compararlo.
De ahí viene el fracaso, lo menciono y no le evado.
La soga al cuello, me siento atado.
De ahí viene esa tormenta de arena, donde se dibujan rostros: fantasmas del pasado.
Quien lo iba a creer?
Yo no era ese individuo que ahora perdió la fe.
Y es medio día, el sol mantiene a la tierra en su columpio.
Como gato huérfano y perro abandonado, así me siento y me atrevo a compararlo.
Tiemblo como el gato y me ausento como el perro.
Si la fe suelta sus riendas, solo con fe haré que vuelva;
sin cadena alguna.
que hermoso y terrible
ResponderEliminares la soga que siempre nos aterriza, duro contra el cemento
pero la misma que nos jala y ayuda a poner de pie
espero que nunca pierda lo que esconde en el bolsillo
un pedacito de fe
Gracias, yo tampoco quiero perderla....
ResponderEliminarcomo un solitario....
ResponderEliminarComo las últimas noches y muchas que vendrán...
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