viernes, 1 de agosto de 2014

Incapacidad

Escucha los pesados pasos que se acercan. “Qué hago, qué hago, qué hago”, dice quitándose las cobijas de encima. Los pasos hacen rechinar las tablas del piso. Bajo éstas, las ratas corretean desesperadas buscando un escondite. “Llévenme” les dice. Y se lanza de la cama al suelo como puede. Cae con el rostro boca abajo. Rasguña las tablas y llora mordiéndose los labios. Le gustaría ser una rata. Y si no puede, al menos le gustaría que lo sacaran de allí sobre sus lomos grises.


Imagen sacada de este blog.



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