La soledad es miedo,
la aceptación es miedo, tu mirada es miedo y el miedo es mi demonio. Pasa por
cada parte tocándome con sus frías garras para sentir y saber, que tan miedoso
es mi pie, ombligo, ojos u hombros. Es un estricto juez que me hace tambalear,
me hace dudar y hasta a veces, me hace huir, lejos, lejos de mí. Y cuando
regreso a mi sitio él vuelve a inspeccionar, enviado de dios que con ojos rojos
me intimidas, una y otra vez. Dime: Hasta cuando vendrás, serás tú el que en el
lecho me acompañarás o será una dulce caricia de mi madre, de mi mujer, de mi
amigo o de mano de oso. Dime, dime, dime o te sacaré corriendo con la escoba o
con mis propias manos aunque tu piel sulfurosa me queme, me hostigue, me azote
o me mate. Quiero domarte y que tu no me domes a mí. Eres el de los cuernos y
yo el de los dientes. Debes ser mi presa y no mi cazador. Asume tu rol y hazte
pequeño bajo la palma de mi mano y ve, sin siquiera preguntártelo a donde mi
mirada apunta. Se obediente y trae lo que se ve en el reflejo del lago, tráelo
y así cumpliré mis sueños. Mi corazón aunque esté dichoso no me hará olvidar de
ti para que en traición no me atravieses con tus fríos colmillos. Dame fuerza,
dámela, para que con mi látigo te obligue, demonio, a caminar tras de mí y mires mis huellas firmes. Porque no eres
más que el reflejo de mi ego que me enferma con el miedo.
Imagen:http://eagrupowebcr.wordpress.com/2011/12/20/ilustracion-demonio-nino/
Imagen:http://eagrupowebcr.wordpress.com/2011/12/20/ilustracion-demonio-nino/
gracias alonso, por darme fuerzas, gracias a este escrito recupere mi valiente corazón y vencí el miedo que lo oprimía.
ResponderEliminarEs como un comentario de autoayuda jajajaja abrazo!
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