lunes, 24 de octubre de 2011

Camino

C- Casa
A- Andar
M- Monstruo
I- Infancia
N- Norte
O- Oposición

En casa todo era amor, mamá y papá se daban caricias tan fuertes que el resultado eran morados y rasguños, hasta mordiscos.
Andar por el campo, era hermoso: sol en su cúspide, abejas llevando mensajes de amor a las flores y los monstruos jugando a las cogidas con las rocas que vienen cuesta abajo. Así andaba yo en mi infancia, ligero, alegre y con mucha vida que compartir con el mundo entero.
Pero cuando crecí, me marche al norte. Conocí las dificultades de la vida. Aunque tuviera mis dientes afilados y garras bien pulidas, era difícil vivir aquí. Te lo digo, el frío del norte sofoca a cualquiera.
Un día, en el reflejo del hielo vi un monstruo peludo, azul claro, que me miraba fijamente con sus ojos marrones. Era mi oposición.
Por eso dicen, los pocos que regresan del norte, que es difícil vivir allá, por que el hielo te recuerda quien eres, no te lo deja olvidar un segundo; ya que, te andas viendo en todos lados como espejos, y eso, no es fácil.

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